Cómo empezó
Cuando en 2019 propuse por primera vez a mi empresa que incluyera este tema en el programa internacional de mujeres directivas, nunca pensé que me harían la contrapropuesta de ser yo misma quien hablara de ello en el siguiente programa.
Empezó a crecer
Después de aquel, recibí una petición de replicar mi charla en un grupo interno de empleadas, de ahí en otro programa de formación para talento femenino y se fueron enlazando una petición tras otra para llegar cada vez a otra audiencia femenina nueva. Desde Alemania a la India, Polonia, Estados Unidos, Italia, España, Grecia, Finlandia, Portugal, Perú, Brasil… mujeres colegas de cualquier parte del mundo se sentían removidas cuando escuchaban acerca de esa etiqueta. Y es que resonaba mucho con una sensación familiar de soledad y dificultades para hacerse ver.
Visibilizar la pérdida de talento
Ahí fue donde me encontré confrontada con una realidad inesperada: la de un sentimiento de síndrome del impostor demasiado generalizado entre mi público femenino. Así que decidí investigar sobre el asunto, ya que se ha convertido en un peligroso riesgo de invisibilización de talento, tremenda pérdida para las compañías especialmente dañina en tiempos de profunda transformación. Como resultado después de dos años publiqué mi libro titulado “¿Síndrome de la impostora? Liderando en femenino.”
¿Qué opinan de mi libro?
El síndrome de impostora se define como la duda y el descrédito sobre las propias habilidades y logros, teniendo como consecuencia la invisibilización del talento.
En la sociedad del conocimiento en la que vivimos, esto supone para las organizaciones una pérdida líquida y silenciosa de la capacidad de innovación y representación de la diversidad que la acompaña. Para la profesional que lo vive, típicamente en entornos donde ella representa una minoría, supone un freno constante al desarrollo de su potencial, junto con una profunda sensación de soledad.
Este libro es una invitación a desmontar algunos sesgos que no se habían cuestionado hasta ahora y ¡despegar!
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